…y no habrá exámenes de recuperación en la ESO
El Gobierno ha aprobado este martes el polémico Real Decreto de Evaluación, Promoción y Titulación, que da nuevas instrucciones a los profesores para 2021/2022 y 2022/23 con buena parte del curso ya comenzado. Madrid, Andalucía, Galicia, Castilla y León y Murcia se oponen rotundamente al texto porque «rebaja la exigencia» y «desconcierta a los docentes» y tratarán de no aplicarlo dentro de los márgenes legales.
El texto que ha presentado Pilar Alegría en el Consejo de Ministros consolida el giro a la «promoción general» que inició durante la pandemia Isabel Celaá, con el objetivo de que los suspensos ya no sean el criterio que determina si los alumnos pueden o no pasar de curso y obtienen o no el título de la ESO y Bachillerato. Son medidas destinada a evitar la repetición y mejorar las estadísticas de graduación, cuyos malos resultados nos dejan en evidencia en la UE.
Pero durante la transición de una a otra ministra ha habido más cambios de calado, porque primero se suprimieron los exámenes de recuperación en la ESO (los de Bachillerato se mantienen), luego Alegría los ha tratado de recuperar con una moratoria en aras del consenso con las CCAA y ahora los ha vuelto a quitar para cumplir las indicaciones del Consejo de Estado, que le ha dado un fuerte tirón de orejas al advertirle que no puede permitir que haya distintos criterios autonómicos.
Sin embargo, si hay algo que va a posibilitar este nuevo real decreto es que haya distintas varas de medir en función de los centros educativos. Porque ya no se establecen unos requisitos concretos: la decisión de que un alumno pase o no de curso se tomará de forma colegiada por la junta de evaluación del colegio o instituto «al finalizar el curso escolar». Es el equipo docente «a quien se otorga la responsabilidad última de la decisión sobre la promoción y la titulación del alumnado». Serán los profesores quienes tengan que tomar la decisión después de valorar si el estudiante «ha alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes«.
Dentro de ese «adecuado» caben muchos grises, porque los criterios de los docentes pueden ser muy subjetivos. Además, hay un único título de la ESO para todos los alumnos aunque su nivel sea distinto. Lo podrán conseguir, por primera vez en la historia, los alumnos con necesidades especiales que hayan tenido adaptaciones curriculares «significativas» y no hayan estudiado los mínimos exigidos para el resto de estudiantes. También se podrá obtener cursando FP Básica, pasando por un programa de diversificación curricular o, en el caso de los mayores de 18 años,haciendo unas «pruebas o actividades personalizadas extraordinarias».
Con todo esto, es previsible que a corto plazo descienda el porcentaje de alumnos (el 21,2%) que no logra el título en esta etapa, aunque sindicatos como Csif o Anpe o asociaciones como la Concapa o la Cofapa advierten que más alumnos van a llegar menos preparados al Bachillerato, donde estallará el problema.
ALEGRÍA: «ESFUERZO BASADO EN LA MOTIVACIÓN, NO EN EL CASTIGO»
El texto definitivo del real decreto no sólo suprime la moratoria que mantenía este curso los exámenes de recuperación, sino que quita la parte que permitía que las asignaturas del mismo nombre se contabilizaran como una sola a efectos de los suspensos. Eso significa que si el alumno no aprueba Matemáticas de 1º y Matemáticas de 2º, contará como dos suspensos, no como uno como quería el Gobierno.
Alegría ha dicho que el 30% de los alumnos de 15 años al menos ha repetido una vez de curso y «las tasas de abandono escolar vienen engrosadas por este porcentaje de alumnado». Por eso apuesta por un sistema «basado en la confianza en los profesores», la «evaluación continua» y «el trabajo colaborativo de los equipos docentes».
Ha asegurado que «la cultura del esfuerzo no corre ningún riesgo con esta nueva norma. Se promueve un esfuerzo basado en la motivación, no en el castigo».
¿Con cuántos suspensos se pasa de curso?
En Primaria, con la Lomce no había límite de suspensos y ahora tampoco. En ESO el tope estaba fijado en 3 suspensos con la Lomce y con este real decreto no hay límite. En Bachillerato se mantiene igual antes y ahora: se puede pasar de curso con un máximo de dos materias pendientes.
¿Con cuántos suspensos se consigue el título?
En Primaria no hay título. En la ESO la Lomce autorizaba a dar el título con hasta dos suspensos. Ahora no hay límites. En Bachillerato, con la Lomce había que tener todo aprobado para obtener el título. Ahora se permite un suspenso.
Hasta cinco regiones se quejan de que el real decreto «cambia las reglas del juego a mitad de curso», ya que los alumnos han comenzado el año académico con un currículo (de la Ley Wert) y unos criterios concretos y van a terminarlo con otros. Por eso, y «porque rebaja el nivel y la exigencia», estudian fórmulas jurídicas para minimizarlo.
«Dentro de nuestras competencias y, como no puede ser de otra manera respetando la legalidad, vamos va a intentar que el real decreto no se aplique, pues consideramos que es un ataque directo a uno de los pilares del sistema educativo madrileño como es el mérito y el esfuerzo de los alumnos», señalan fuentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Galicia también «explorará cualquier posibilidad jurídica que permita preservar la cultura del esfuerzo y la calidad como señas de identidad».
Castilla y León, por su parte, «hará uso de sus competencias para que el desarrollo curricular y las normas de promoción y titulación sean lo menos lesivos».
«Aunque la norma establezca que se puede obtener el título de Bachillerato con una asignatura suspensa, entendemos que no tiene sentido porque todas las materias contribuyen a la adquisición de las competencias necesarias», señalan en Andalucía.
Murcia tampoco es partidaria del real decreto y denuncia «la improvisación del Gobierno de Pedro Sánchez y la ausencia de seguridad jurídica de las decisiones que se han tomado».
Respecto a la eliminación de los exámenes de recuperación, estas comunidades están confundidas, pues su intención era seguir con la convocatoria extraordinaria este curso, y así lo contemplaban también los profesores. Apostaban por mantener estas pruebas porque «dan otra oportunidad a los alumnos de aprobar en base a su esfuerzo y capacidad». El resto de regiones, por el contrario, era partidaria de eliminarlas porque creen que la evaluación debe ser «continua» y el alumno no debe jugárselo todo a un único examen.