El COVID-19 dispara el paro juvenil
La COVID-19 profundiza el desempleo juvenil. Lo que ya era un problema antes de la pandemia, ha empeorado notablemente en países como Italia.
Así lo indican las últimas cifras del ISTAT. La tasa de paro entre los italianos menores de 25 años alcanzó el 23,5%, uno de los peores datos de la eurozona.
España lidera el paro juvenil, con un 32,9%, en mayo
El coronavirus ha golpeado con fuerza a jóvenes recién graduados en la universidad, en busca de su primera oportunidad laboral, y también a jóvenes profesionales, cuyas carreras han quedado congeladas. Ignazio Furfaro es estudiante y será ingeniero en septiembre. Aunque es optimista, le está costando encontrar algo: «Mandé unos currículums y aunque me respondieron, todos me dijeron que a causa de la COVID el reclutamiento había sido suspendido» .
Pero no solo es un problema para los graduados o licenciados universitarios. «Además de a los menores de 25 años, ha afectado a los jóvenes de entre 25 y 34 años. Antes de la COVID la tasa de desempleo en esa franja de edad había perdido ocho puntos en comparación con 2008 y hoy se han perdido dos puntos más, con consecuencias a la hora de independizarse, formar una familia o tener hijos» , explica Linda Laura Sabbadini, directora central del ISTAT. La mayoría de quienes trabajan en sectores creativos están encontrando difícil volver a trabajar.
Giorgia Ciotola tiene 30 años y solía trabajar como actriz: «He luchado durante años para vivir de trabajos artísticos, como enseñar teatro o hacer de payasa en hospitales infantiles. Ahora, me pesa tener que trabajar como niñera, porque no es lo que quiero hacer» .
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de uno de cada seis jóvenes está fuera del mercado laboral debido a la pandemia. Lo que significa que las jóvenes generaciones son las más afectadas, y no solo en Italia. «Los jóvenes profesionales en Italia y en otros países comparten el hecho de que trabajan principalmente en los sectores más golpeados por la crisis, como la hostelería y el turismo, las manufacturas y las ventas y el comercio minorista.
El otro aspecto que tienen en común es que los jóvenes son los más precarios en el mercado laboral», señala Gianni Rosas, director de la Oficina para Italia y San Marino de la OIT. Con una economía estancada durante décadas, Italia se enfrenta a un problema de larga duración, la fuga de cerebros. Jóvenes formados que no encuentran trabajo en Italia se ven obligados a emigrar. Aunque con la situación actual, ni siquiera abandonar el país es una opción.