Una mujer muere de cáncer sin lograr una cita presencial
Sonia Sainz-Maza comenzó a sentirse mal en abril pero, pese a que su estado iba empeorando por momentos, sufrió un calvario hasta que consiguió que un médico la tratara de forma presencial. No fue hasta julio cuando, ingresada ya en el hospital, le diagnosticaron un cáncer de colon. El tumor estaba en una fase avanzada y era demasiado tarde para ella. El 13 de agosto, esta mujer de 48 años, vecina de la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros, fallecía en la cama del centro hospitalario y su familia denuncia la deficiente atención que recibió en Primaria.
«Mi hermana se moría al otro lado del teléfono y Sanidad nunca le tendió la ayuda que necesitaba», asegura Lydia en unas declaraciones recogidas por El Correo de Burgos. Unos días antes ella misma envió una carta a otro periódico, el Diario de Burgos, para contar lo que le había ocurrido a Sonia. Bajo el título Otra víctima de la Covid, Lydia relata en la misiva que su hermana «pasó tres meses siendo atendida telefónicamente por su médico de cabecera».
«Pudo verla en unas cuantas ocasiones, por distintos motivos, pero no considero oportuno explorarla […] Ni siquiera se planteó hacerle una analítica pese a que ella narraba sin cesar sus fatigas», continúa y agrega que cuando fue a Urgencias de dos hospitales «le llegaron a reprochar que acudiera en mitad de la pandemia».
Los familiares de la fallecida acusan a la Consejería de Sanidad de haberse olvidado de que existen otras enfermedades graves y reclaman que no todos los pacientes ni todas las dolencias pueden atenderse telefónicamente. «Por teléfono no se ve el sufrimiento. Por teléfono es difícil percatarse de que una persona se está consumiendo», clama Lydia y rechaza que de esa forma se pueda hacer un diagnóstico certero.
En su testimonio en El Correo de Burgos esta mujer admite que es posible que la enfermedad de su hermana fuera tan grave que no hubiera podido sobrevivir mucho más allá de agosto. Pero también señala que cabe la posibilidad de que si le hubieran hecho una analítica o una exploración temprana y le hubieran prescrito un tratamiento adecuado siguiese estando hoy con su familia.