Sánchez usa otra vez el Falcon y ya van siete en mes y medio
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, sigue usando el Falcon para ir en avión oficial a actos de partido. Este domingo lo ha hecho para acudir al congreso de los socialistas catalanes y la coartada oficial que ha esgrimido ha sido una ‘declaración institucional’ que podía haber hecho desde Madrid, pero para la que ha elegido la sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona. Desde la oposición, el PP, Vox y Cs han criticado la abusiva utilización de medios oficiales para fines partidistas por parte del presidente.
Se ha repetido este domingo, una vez más, el ‘modus operandi’ de Sánchez para recurrir insistentemente al avión oficial con fines partidistas: usarlo para viajar a actos del PSOE a lo largo y ancho de la geografía española y, para que tenga encaje oficial, programar como excusa un acto institucional en el destino de turno.
Las coartadas usadas han sido de lo más variado, desde una fugaz visita a una cooperativa frutera hasta una breve parada en un laboratorio farmacéutico, pasando –por ejemplo– por un encuentro con representantes del sector turístico levantino. Es habitual también que esas citas oficiales no estén abiertas a los periodistas.
Este domingo, La Moncloa ha echado mano de una cita de agenda mucho más socorrida: una declaración institucional. Ni visita ni reunión, una alocución presidencial que podía haber sido realizada en la sede de la Presidencia del Gobierno. Pero había congreso del PSC. Los socialistas catalanes han estrenado líder, el exministro Salvador Illa. Y Sánchez le ha arropado en persona, vuelo en Falcon de por medio.
En el último mes y medio, es la séptima vez que el presidente incurre en esta polémica práctica del uso de este flamante –y caro– medio de locomoción oficial para actos de partido, pero con cargo a los Presupuestos Generales. Además del desembolso que supone poner en vuelo este avión del Ejército del Aire asignado a la Presidencia, es habitual que eso conlleve también el uso del helicóptero Superpuma, como ha ocurrido este domingo. El helicóptero acostumbra a llevar al presidente desde La Moncloa hasta Torrejón de Ardoz, donde toma el Falcon. Y, cuando regresa, se hace el recorrido a la inversa.
El Gobierno se resiste a hacer público el coste que lleva acumulado Pedro Sánchez en tal vorágine voladora con cargo a los Presupuestos Generales del Estado pero con evidente cariz partidista o particular. Se agarra al recurrido argumento de las materias reservadas.
Mes y medio de vorágine voladora
Lo ocurrido en el último mes y medio es un elocuente botón de muestra de la frecuencia con la que Sánchez vuela en Falcon para viajar a eventos socialistas, con el helicóptero Superpuma como añadido ‘cercanías’ aéreo para cubrir el trayecto entre el Palacio de la Moncloa y la pista de Torrejón en la que reposa el flamante avión oficial.
El 7 de noviembre el destino fue Málaga. Hasta allí voló con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. La agenda institucional incluyó una fugaz visita al centro de I+D+i de Vodafone en la capital malagueña, pero, en realidad, la cita política principal fue el congreso del PSOE andaluz en Torremolinos.
Siete días después, el 14 de noviembre, viaje en Falcon a tierras levantinas. Pedro Sánchez acudió al congreso de los socialistas valencianos que se celebró en Benidorm (Alicante). En aquella ocasión, la coartada institucional fue un encuentro con representantes del sector turístico.
El fin del semana del 20 y 21 de noviembre hizo doblete para cruzarse de extremo a extremo la geografía española. El volcán de La Palma le sirvió de argumento –séptima visita con tal fin– para viajar al congreso de los socialistas canarios el sábado 20 de noviembre. Al día siguiente el destino fue Bilbao, la ‘coartada’ en esa ocasión fue una breve parada en un laboratorio farmacéutico, y la auténtica cita política fue la clausura del congreso de los socialistas vascos.
El 5 de diciembre viajó a Murcia. Tocaba congreso socialista allí, y la coartada para el uso de los medios aéreos oficiales fue una fugaz escala en una cooperativa agraria de la localidad murciana de Mula.
Tres días después, el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, Pedro Sánchez voló con cargo a los Presupuestos Generales del Estado para participar en el congreso de los socialistas gallegos, en Santiago de Compostela. El argumento ‘institucional’ fue la visita a una empresa maderera, sin periodistas ni representantes de la Xunta.
Esta larga lista de viajes de partido con medios aéreos oficiales se suma a la retahíla de trayectos que Sánchez acumula desde que se instaló en La Moncloa, tras la moción de censura contra Rajoy de junio de 2018. En el haber volador de Pedro Sánchez también han aflorado viajes de uso estrictamente personal, como acudir con su mujer a un concierto o asistir a la boda de un cuñado, a la que acudió en helicóptero y que declaró materia reservada para no dar cuenta de lo que ese desplazamiento costó a las arcas públicas. El mismo argumento utilizó para ocultar el precio del viaje con su mujer para disfrutar de un concierto en Benicásim. Estos dos desplazamientos, el de la boda y el del concierto, se produjeron en sus primeros meses como presidente, tras la moción de censura contra Rajoy.