Récord histórico de precios de los alimentos por la guerra
Los alimentos han escalado a su nivel más alto desde que empezó a medirse la serie histórica en 1990. Lo advirtió ayer la FAO, organismo de Naciones Unidas, en su informe sobre la evolución de los precios en el mes de marzo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, encendió la alarma hace diez días al subrayar que, si nada cambia, una ola de hambruna y una crisis alimentaria mundial podrían golpear pronto el planeta, provocando el colapso del sistema alimentario mundial.
Después de ver los últimos indicadores, ahora se entiende el porqué. Los alimentos medidos con el índice World Commodity Price están un 33,6% más altos respecto a hace un año. La causa es la guerra en Ucrania, en cuanto el conflicto “en la región del mar Negro propagó los choques a través de los mercados de grano básicos y aceites vegetales”.
En los últimos tres años, Rusia y Ucrania han representado de forma conjunta cerca del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 20% de las de maíz. Y aquí se encuentra el grueso del problema. “Esencialmente, ahora no hay exportaciones a través del mar Negro, y las ventas a través del Báltico también están llegando a su fin”, dijo Josef Schmidhuber, de la FAO.
En detalle, los precios mundiales del trigo subieron un 19,7% durante el pasado mes –agravados por la preocupación por las condiciones de las cosechas en EE.UU.–. A su vez los del maíz subieron un 19,1% intermensual hasta alcanzar un récord, junto con los de la cebada y el sorgo.
Como se ha podido comprobar en las estanterías en algunos supermercados en los países occidentales, también hay serios problemas con los aceites vegetales. El índice de referencia de la FAO aumentó un 23,2% por la subida de los precios del aceite de girasol, del que Ucrania es el mayor exportador mundial.
En este panorama, también hay malas noticias para los carnívoros. El índice de precios de la carne de la FAO subió un 4,8 % en marzo, hasta un máximo histórico, impulsado por el aumento de los precios del cerdo debido a la escasez de animales para el sacrificio en Europa. Los precios internacionales de las aves de corral también se fortalecieron al alza, en consonancia con la reducción de los suministros de los principales países exportadores tras los brotes de gripe aviar.
“El efecto de la crisis en el frente alimentario es preocupante. Algunos países son muy dependientes de los productos agroalimentarios procedentes de Rusia y Ucrania. Por ejemplo, el porcentaje de las importaciones totales de trigo, maíz, cebada, colza, aceite de girasol y semillas procedente de Rusia y Ucrania es del 25,9% en el caso de Turquía, del 23% en el de China y del 13% en el de India. Los países de menor renta son los más expuestos”, señalaba un estudio de Unctad de hace pocos días.
Hay casos llamativos como el de Egipto. Más de un quinta parte de sus alimentos básicos procede de las importaciones de Rusia y Ucrania. El país tiene reservas hasta junio. Algunos analistas ya advertían de que puede haber un verano caliente en esta parte de África, con protestas sociales. “En general, la inestabilidad política y el aumento de los precios de los productos agroalimentarios están muy relacionados”, recordaba la Unctad.