“No hay una base científica que avale que nos impidan trabajar”
Los hosteleros de Castilla y León vuelven a levantarse en armas contra la situación que están padeciendo desde marzo, con dos cierres totales al inicio de la pandemia con el confinamiento domiciliario y otro en noviembre de un mes de duración hasta después del “Puente” de diciembre, y uno más parcial como el que viven actualmente y se prorrogará al menos hasta el 23 de febrero, en el que solo pueden abrir las terrazas y no al completo, salvo en 25 municipios, entre ellos Palencia capital, donde los bares y restaurantes no pueden abrir porque la elevada incidencia.
Y lo hacen con una singular protesta que van a llevar a cabo todos los martes de este mes, en la que estrellan platos contra el suelo para mostrar así su malestar contra la criminalización en forma de restricciones que están padeciendo. “Nos hacen pagar los platos rotos de esta crisis sanitaria cuando no hay una base científica que avale que se deban cerrar los establecimientos de hostelería”, denunciaba este martes la presidenta de la Asociación de Hostelería de Castilla y león y de Valladolid, María José Hernández, quien, por el contrario, aseguraba que lo que sí hay son evidencias de que todas las medidas que se están aplicando no tienen sentido ninguno”, en referencia a que en cada Comunidad Autónomos se están ejecutando medidas muy dispares, y en algunas, como Madrid, se está permitiendo abrir los negocios con normalidad hasta el toque de queda establecido a las nueve dela noche.
“Tenemos unas esperpénticas restricciones horarias y no comprendemos la diferencia de obligar a cerrar a las diez de la noche y no a las doce”, advertía.
Hernández leía un manifiesto contundente contra las administraciones a las que pedía soluciones y urgentes porque dos de cada diez establecimientos de hostelería de la Comunidad ya han cerrado sus puertas definitivamente y muchos más seguirán sus pasos sino les dejan abrir con normalidad o les dan más ayudas, tanto directas para tener liquidez, como de exención de impuestos e incluso de bonificaciones de alquileres. Esto último, los alquileres, es una de las peticiones que llevan reclamando tiempo los hosteleros puesto que supone para la gran mayoría un gasto del negocio que ronda el 30 por ciento cuando en estos momentos no están teniendo prácticamente ingresos.
Hernández recordaba que las ayudas de la Junta directas que han llegado lo han hecho tarde y son insuficientes todavía, y volvía a reprochar al Gobierno de España que haya dado la espalda al sector. “Ni nos han dado ayudas, salvo créditos o aplazamientos y moratorias que ya no sirven, ni tampoco se esperan”, lamentaba.
En otras capitales de provincia de la Comunidad en las que también se han celebrado protestas, como por ejemplo en Ávila, han centrado sus críticas también en la Junta y más en concreto en el vicepresidente Francisco Igea, a quien pedía que rectifique de una vez las restricciones para con los hosteleros y dimita.
En León pedían que se acelere la vacunación para intentar llegar al verano y que se relance la marca España como destino turístico seguro además de insistir una vez más en la necesidad de que se reduzca el IVA al cinco por ciento para todos los sectores afectados y que se prorroguen los ERTE hasta final de año.
En esta protesta en la capital leonesa asistía el alcalde José Antonio Díez quien criticaba duramente la gestión del Gobierno autonómico, y en referencia también a la suspensión de las procesiones de Semana Santa. “A la gente hay que darle un poco de horizonte y expectativa. No se puede ser tan taxativo porque el ciudadano necesita un respiro y una cierta ilusión, algo que la Juna se encarga día a día de quitar a todos los ciudadanos, especialmente a los leoneses” decía.
En Segovia también denunciaban que se esté criminalizando a la hostelería “Estamos siendo un sector totalmente defenestrado y culpabilizado hasta límites insospechados cuando las administraciones están realizando una patética gestión. Nos hacen pagar los platos rotos”, se quejaban, mientras recordaban que en Segovia los bares y restaurantes son el principal motor económico de la ciudad debido al turismo y se preguntaban que pasaría si en Palencia o Valladolid cerrasen Fasa Renault.