A menudo, cuando tenemos que redactar textos de una empresa (para nuestra web, un folleto o cualquier otro soporte) tenemos la necesidad de utilizar un vocabulario solemne y de enfatizar los valores de su empresa usando un montón de adjetivos y expresiones rimbombantes.
Esas técnicas funcionaban antes, pero, al igual que la publicidad se está adaptando a una audiencia exigente que ya no se cree cualquier cosa y que demanda contenidos de interés y busca un valor añadido.
La información debe ir acorde con los nuevos tiempos y con el tipo de público al que se dirige: un público informado que tiene todo el conocimiento al alcance de su mano y para el que es muy fácil contrastar cualquier exageración que lea sobre una empresa.
Hay algunos errores muy frecuentes que hacen que un texto corporativo resulte vacío de contenido y poco creíble:
- Abusar de adjetivos positivos: espectacular, innovador, pionero, único…
- Usar terminología típica de mensajes publicitarios o de campañas de marketing: «una ocasión única», «un evento inigualable»…
- Repetir demasiadas veces el nombre de tu empresa suele ser cargante e inútil.
- Mentir o exagerar: los lectores tardarán muy poco en descubrir la verdad.
- Decantarse por alguna de las frases demasiado utilizadas, que utilizas las «últimas tecnologías» puede que sea cierto en algunos casos, pero es tal el abuso de esa expresión que el lector pasa de ella. Si dices que «vuestra filosofía se basa en la innovación constante», asegúrate que así sea. Si hace falta, pon algunos ejemplos.
- Escribir eufemismos: hay que tener cuidado con ellos porque, en ocasiones, donde tú escribes «equipo joven» el lector puede entender «inexperto», donde pones «exigente» puede entender «impertinente». De nuevo, para ser creíble es mucho mejor decir las cosas como son en lugar de maquillarlas.
Por otro lado hay algunas recomendaciones para que los textos corporativos sean claros y transmitan confianza:
- Describir los servicios de tu empresa como se los contarías a un familiar o a un amigo, descartando así las frases arcaicas o el lenguaje excesivamente técnico.
- No debes presuponer al público conocimientos especializados que quizá solo posea una parte del mismo. Siempre es mejor ser prudente y dar explicaciones breves y sencillas para asegurarte de que nadie se pierda en tu discurso.
- Verificar repetidas veces las cifras y datos que ofrezcas.
- Eliminar todo aquello que no explique qué es lo que realmente diferencia a tu empresa.
- Pedir opinión a personas ajenas a tu empresa sobre la comprensibilidad de tu texto y lo que este transmite.
Por último, durante la construcción de textos corporativos, hay que ser consciente de la imagen que proyecta la empresa cuando es vista desde fuera. Por supuesto, a través de la comunicación se puede trabajar en cambiar esa imagen, pero es un error escribir como si ya lo hubiéramos conseguido, como si ya fuera la empresa que queremos que sea: se pierde la conexión con el lector y el mensaje es menos eficaz.