Un grupo de temporeros lleva varios días durmiendo en la calle
La falta de alojamiento es un problema recurrente casi todos los años entre algunos de los temporeros que trabajan recogiendo fruta en el Bajo Cinca. La gran mayoría reside durante la campaña en las instalaciones que los fruticultores (sobre todo los más grandes) han construido en sus propias fincas o en casas de los pueblos de la zona, pero algunos viven en la calle o en asentamientos irregulares hasta que encuentran un sitio mejor (si es que lo hacen).
Este año no ha sido una excepción e incluso algunas fuentes indican que el problema se ha agravado por la pandemia debido a las restricciones impuestas por la crisis sanitaria. «No es fácil encontrar viviendas de alquiler y además donde antes podían dormir diez personas ahora solo pueden hacerlo cinco», explica el responsable del sector de la fruta de UAGA en el Bajo Cinca, Óscar Moret, que apunta que algunos propietarios también tienen cierta reticencia a alquilar sus casas en un momento tan delicado como el actual.
Todo ello ha provocado que un grupo de temporeros lleve varios días durmiendo a la intemperie en el entorno de la estación de autobuses de Fraga. La Guardia Civil y la Policía Local les tomaron los datos el pasado viernes para conocer su situación. En total se identificaron a 26 personas sin contrato de trabajo y diez de ellas se encontraban en situación irregular en España, por lo que se iniciaron los trámites para abrir un expediente de expulsión. Todo apunta que los que tenían papeles podrán ser contratados a corto plazo debido a la falta de mano de obra en la campaña actual.
Según el presidente de la Comarca del Bajo Cinca y alcalde de Zaidín, Marco Ibarz, en ningún otro pueblo de la zona hay temporeros durmiendo en la calle. «Es cierto que en Fraga hay un pequeño asentamiento, pero similar a lo ocurrido en años anteriores», comenta Ibarz. Sin embargo, y tal y como apuntan desde UAGA, esta campaña dista mucho de parecerse a alguna anterior. «Estamos ante una pandemia excepcional y no sé si tiene mucho sentido que después de que todo el mundo haya estado confinado haya gente ahora durmiendo en la calle sin poder tener una higiene básica», señala Moret. Por eso, el sindicato agrario pide a las administraciones públicas que busquen algún tipo de solución. Además, recuerdan que ya advirtieron en la última mesa de temporeros de que esto podía ocurrir.
La organización agraria ya reclamó entonces que algunas infraestructuras públicas pudieran habilitarse para acoger a temporeros sin alojamiento. «Es lo mínimo desde un punto de vista meramente humano», asegura Moret, que añade que todo esto también daña la imagen del sector. Ibarz indica que hasta el momento no se ha contemplado esta solución y apunta que solo se cederán instalaciones públicas en el caso de que se produzca algún foco y haya que aislar a los contagiados. «De todas formas, tendremos que sentarnos para ver qué hacemos y evitar que haya gente viviendo en la calle», reconoce Ibarz.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Fraga prefirieron no realizar declaraciones y recordaron que es la comarca la que tiene las competencias de servicios sociales.
«Estamos en una situación excepcional que requiere de medidas excepcionales y hay que trabajar para evitar cualquier posible contagio», subraya José Juan Arcéiz (UGT), que apunta la posibilidad de incidir en la creación de bolsas de viviendas con incentivos para los propietarios.
Mientras todo esto sucede, los fruticultores siguen esforzándose para que la escasez de mano de obra no suponga un fuerte revés en cientos de explotaciones de la comunidad. «Como de momento hay menos trabajo de aclareo se va sobrellevando, aunque alargando los procesos porque lo que antes hacíamos en 10 días ahora lo hacemos en 20», señala Moret, que teme que la falta de temporeros se agrave a partir de junio cuando se intensifique la carga de trabajo.