Posible colapso si celebramos La Navidad como siempre, puede ser brutal
Dieciocho pacientes en una sala de doce camas y ancianos sentados en sillones porque no hay espacio suficiente para que permanezcan tumbados. Esa es la situación en la que se encontraban este martes las Urgencias de La Paz, en Madrid, al no haberse habilitado una segunda sala COVID para alojar a estos pacientes. No se trata, sin embargo, de un caso aislado. Hospitales de toda España han registrado en las últimas semanas un aumento constante y continuo de las asistencias en estos servicios a causa de la sexta ola de coronavirus.
Cola para hacerse pruebas PCR
El incremento de los contagios de SARS-CoV-2 durante las últimas semanas, la saturación de los centros de Atención Primaria y la recuperación de la actividad no COVID de las Urgencias a niveles previos a la pandemia -que se habían reducido con la llegada del coronavirus- han disparado la presión asistencial en todo el territorio nacional en estos servicios de un tiempo a esta parte. El país vive esta coyuntura con unas fiestas navideñas todavía por llegar y con los expertos temerosos de que las celebraciones empeoren la situación.
«Esta ola nos está afectando directamente a nosotros, a Urgencias. Tanto en Madrid como en otras comunidades, estamos multiplicando por dos las asistencias. Es verdad que muchos casos son formas leves, si no, estaríamos completamente colapsados como sistema, pero poco a poco van aumentando las hospitalizaciones y los pacientes que ingresan en UCI», explica a 20minutos Juan González Armengol, jefe de Urgencias en el Hospital Clínico San Carlos, en la capital de España.
Se trata de una tendencia que también ha detectado Òscar Miró, coordinador de investigación del servicio de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. «Habitualmente, a partir de las doce, la una, las dos de la madrugada, la actividad de los los servicios de Urgencias decrece y se reduce a casos vitales. Ahora, siguen visitando toda la noche a la plétora de pacientes que han acudido desde el mediodía y la tarde y que no han podido ser atendidos debido a la falta de espacios y medios. Están al límite del colapso», detalla.
Recuperación de las Urgencias no COVID
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Ahora bien, no solo el incremento de las infecciones por coronavirus -con una incidencia acumulada de 784 casos por 100.000 habitantes- ha provocado este aumento de la afluencia. Los médicos coinciden en que otro de los factores causantes de esta subida de la presión asistencial es la normalización de la actividad no relacionada con el coronavirus en estos servicios. En las primeras olas, gran parte de la población dejó de acudir a Urgencias, pero de un tiempo a esta parte las atenciones no COVID prácticamente se habían equiparado a niveles prepandémicos. A todo ello se unen ahora los contagios actuales, recalca Miró.
Muchos son leves o moderados, pero acuden a Urgencias. Además, existe un incremento de ingresos, tanto convencionales como en UCI. A esto hay que sumar este año la presión del paciente no COVID, que en la época del confinamiento se había reducido», concuerda Javier Millán, jefe de Urgencias en el Hospital La Fe, de Valencia.
«En mi hospital ahora mismo estamos en una situación crítica. La semana pasada vivimos situaciones de saturación»
Estas dificultades, no obstante, no afectan únicamente a las Urgencias, sino a todos los servicios. «En mi hospital ahora mismo estamos en una situación crítica. En la UCI, más de la mitad de los pacientes son COVID. En planta, hay 33 y estamos pensando en abrir una nueva ala para este tipo de enfermos. La semana pasada vivimos situaciones de saturación y solo conseguimos superarlas suspendiendo cirugías», apunta Pascual Piñera, vicepresidente de la Sociedad Española Medicina Urgencias-SEMES.
Saturación de la Atención Primaria
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Otro de los motivos de esta congestión es la saturación de la Atención Primaria, que ha propiciado que los pacientes recurran a los hospitales, aunque su afección no lo requiera, cuando no encuentran respuesta en sus centros de salud. «Los servicios de Urgencias somos la red de seguridad del sistema sanitario público. Cuando se producen demoras, retrasos o deficiencias en otros niveles asistenciales, el ciudadano acude donde sabe que le vamos a dar respuesta», señala Millán.
Los expertos coinciden en que el suyo es un servicio «abierto sin limitación a toda la gente, 24 horas los 365 días del año», y esto ha motivado que acaben consultándolos a ellos. «Los centros de salud no dan a basto y esto se está notando muchísimo. El servicio de Urgencias de Atención Primaria de Madrid están cerrados y veían medio millón de personas al año, que son las que asiste La Paz», confirma Guillén del Barrio, enfermero en la urgencia de este hospital y delegado del sindicato MATS, que denuncia también mala gestión.
«Hemos visto mucho paciente que llegaba a Urgencias y se podría haber atendido en otros niveles asistenciales»
Aunque este problema lo perciben desde hace meses, «ha ido a más progresivamente» con la llegada de la nueva ola. «Tropezamos con la situación que vive Primaria, que prácticamente ha bajado las manos y, cuando pides cita, te dan para dentro de tres semanas y terminas en urgencias. Hemos visto mucho paciente que llegaba y se podría haber atendido en otros niveles asistenciales. Viene porque, después de haber llamado cuatro veces, quiere que lo visite un médico, no una consulta telefónica», ahonda Piñera, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia.
¿Qué va a ocurrir con las fiestas?
Cuando los niños acaban de estrenar vacaciones y las celebraciones navideñas ni siquiera han comenzado, las Urgencias se encuentran ya «al borde del colapso», algo que preocupa a los sanitarios. Temen que el aumento de la interacción social y el cierre de la Atención Primaria de estas fiestas agraven el escenario. «Con esta variante ómicron, el virus se va a extender a lo bestia. Los dobles circuitos, COVID y no COVID, están a tope. Nosotros no cerramos y todos los festivos que van a venir tendremos una carga asistencial muy grande. Incluso más que otros años», lamenta Armengol.
«Los epidemiólogos son los que tienen la palabra y los que hacen las predicciones. Si nos los tenemos que creer, parece que lo peor, el pico de la ola, está por llegar. Si las fiestas transcurren en el estándar de lo que son las celebraciones navideñas, el impacto puede ser brutal», recalca Miró. Algo en lo que está de acuerdo Piñera: «No esperamos que vaya a mejor, desde luego. Teniendo en cuenta los contactos de las próximas dos semanas, es probable que esto vaya subiendo progresivamente. El año pasado, desde el 10-12 de enero hubo un pico terrible hasta finales de marzo».
Además, esta congestión redunda en un agravamiento de los pacientes crónicos, asegura Del Barrio. Mantiene que, cuanto más tiempo pasen los centros de salud «en ruinas», peores serán las consecuencias para los hospitales. «Al atenderse solo lo más urgente», los pacientes crónicos carecen de un seguimiento «adecuado», y esto provoca que empeoren y acaben ingresando.
¿Hay solución?
Para paliar esta circunstancia, Armengol considera que las administraciones deberían estimular el teletrabajo, adoptar medidas para evitar las aglomeraciones e invertir en ventilación, después de que el Gobierno haya eliminado la obligación de que los vacunados que sean contacto de positivo por ómicron guarden cuarentena. A su vez, Piñera estima que, llegados a este punto, «todo queda ya en la responsabilidad de los ciudadanos».
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Asimismo, el jefe de Urgencias del Reina Sofía de Murcia reclama dotar a estos servicios y a los centros de salud de una plantilla suficiente y tratarlos «mejor a nivel de recursos humanos». En esta misma línea se pronuncia Del Barrio: «El personal que se contrató como refuerzo COVID debe quedarse. Está de sobra justificado, porque tenemos unas listas de espera que son un espanto. Además, hace falta más presupuesto, sobre todo en Primaria, y pegarle un repaso muy profundo al trato que dispensan a los trabajadores».
Con el objetivo de frenar el avance de la pandemia, el Gobierno ha vuelto a hacer obligatoria la mascarilla por la calle y ha movilizado al Ejército para acelerar la vacunación. Además, para liberar Urgencias y Atención Primaria, la Consejería de Sanidad de Madrid anunció este jueves que quienes presenten síntomas compatibles con la COVID podrán acudir a centros hospitalarios establecidos para hacerse un test.
Por su parte, los médicos reiteran una reivindicación que enarbolan desde hace tiempo: el reconocimiento de la especialidad de médico de Urgencias. «Los ciudadanos necesitan profesionales con una formación reglada homogénea, como en el resto de Europa», sostiene Millán. Y en la misma línea se manifiesta Piñera: «Nos prometen que la van a crear, pero no llega. Lo dijeron en sede parlamentaria y no han hecho nada. Ni el presidente del Gobierno ni del ministro anterior, y ahora Darias ni siquiera nos recibe. Estamos hastiados».