Maquinaria envejecida y trabajadores cada vez más mayores
El campo y las zonas rurales de España viven duros momentos. Si se analiza su trayectoria histórica, los datos no dejan lugar a dudas. Y es que en 1976 la población que trabajaba, y por lo tanto vivía, en el campo era el 20% del total. Según los últimos datos de 2019, ahora lo hace un 4%, lo que implica la pérdida de cerca de dos millones de trabajadores cuyos hijos decidieron emigrar, según los datos de Funcas, fundación perteneciente a la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros).
Por otro lado, el sector agrario y ganadero está considerado, junto con la construcción y la minería, una de las actividades laborales más peligrosas que se pueden desempeñar según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por ello, debería contar con unas garantías de seguridad que protejan al trabajador, pero según los datos no siempre es así.
Hasta junio de 2020, 44 personas han perdido la vida trabajando en actividades agrarias, lo que supone un aumento de 23 empleados respecto al mismo periodo de 2019, año que finalizó con 59 fallecidos. Los motivos son variados, pero las organizaciones coinciden en que uno de los principales es el estado de la maquinaria que se utiliza, como pueden ser los tractores, ya que considera que están claramente envejecidos.
Además, desde el sector creen que los accidentes laborales mortales que se contabilizan como tal no representan la realidad sino una parte, ya que en muchas ocasiones se producen con personas jubiladas o mayores de 65 años y no aparecen en las estadísticas. Según AgroInformación, tan solo el 6% de los accidentes mortales en el campo se consideran laborales, por lo que las cifras aparentan ser mucho más elevadas de las que contabiliza el Ministerio de Trabajo.
El tractor es uno de los vehículos que más presente está en este tipo de accidentes. Su gran tamaño, su escasa velocidad y su estado son factores que influyen en estos datos, a lo que se le debe sumar el exceso de confianza de los conductores y la ausencia de medidas preventivas.
Maquinaria y trabajadores envejecidos, combinación mortal
Diego Juste, responsable de comunicación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) cuenta a 20Minutoscómo está la situación en el sector: «En lo que va de año se han registrado menos accidentes laborales, pero sin embargo hay más mortalidad, y todo ello con una disminución de la población activa, es decir, hay menos personas trabajando y mayor número de fallecidos. El ratio demuestra que la situación es muy grave».
Para Juste, los motivos que explican estos acontecimientos son dos principalmente: «Un parque de tractores muy envejecido y una edad media de los trabajadores muy alta, muchas veces por encima de los 75 años». Este hecho referencia con exactitud la evolución del trabajo en el campo, donde muchos jóvenes han decidido no seguir los pasos de sus antecesores y han emigrado, provocando que se reduzca la inversión en maquinaria, que poco a poco ha ido envejeciendo, al igual que sus dueños.
Las administraciones actúan poco a poco
Mari Paz Martín, responsable técnica de Riesgos Laborales de la organización agraria COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) explica que una de las reivindicaciones que tenían se ha cumplido con este Gobierno: «Este año han aplicado una mayor partida del presupuesto en la inversión del plan renove de maquinaria, algo que veníamos solicitando hace tiempo».
Además, en abril de este año el ejecutivo aprobó el real decreto 448/2020, en el que, entre otras medidas, se prohíbe la venta de tractores de más de 40 años: «Son vehículos que no cumplen las condiciones de seguridad ni de medio ambiente, por lo que con esta medida no se va a poder cambiar la titularidad, salvo cuando sea una herencia, evitando así que se vendan», asegura Martín.
Por último, en un sector donde el mercado de segunda mano es muy importante, y para evitar la introducción en el sector agrario español de maquinaria contaminante, el real decreto también estableció que se prohíbe la utilización de tractores y otro tipo de máquinas que provengan de otros países y que hayan sido registradas antes de 2001, que es cuando se estableció la normativa europea de gases y partículas contaminantes.
Faltan campañas de concienciación y prevención
Tanto desde la UPA como desde COAG, coinciden en que es necesario una importante campaña a todos los niveles que haga ver a los asalariados los riesgos reales que corren y tomen las medidas de seguridad necesarias para ello. «Es importante que llegue a todos los trabajadores y a los propietarios de la maquinaria, para que les advierta», señala la responsable del COAG.
Desde la UPA, David Juste admite que a los agricultores y ganaderos españoles «les falta una clara labor de concienciación, sobre todo a la hora de tomar las medidas de seguridad, porque muchas veces se reduce a una cuestión personal y está en juego en su vida».
Para ayudar en este tipo de labores, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos han creado Agri-Preven, un proyecto que se dedica precisamente a la prevención de riesgos laborales en este sector, bajo el lema “En el campo, trabaja sin riesgos”. Juste cuenta que su labor es «mediante cursos de formación, campañas en redes, folletos o vídeos tratar de hacer ver que se tienen que extremar más las precauciones».
Por último, el responsable de la UPA espera que la evolución del trabajo en el campo sea parecida a la que ha tenido el sector de la construcción, donde hace no tantos años apenas se tenían en cuenta las medidas de seguridad y en la actualidad se cumplen a rajatabla.