Los expertos temen que ya sea tarde para salvar la Navidad
Actuar temprano en una pandemia se considera, en muchas ocasiones, alarmista. Actuar tarde siempre es un desastre», señala Gorka Orive, profesor asociado de Farmacia y Tecnología Farmacéutica en la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco. Y ya es tarde. España está metida de lleno en las preNavidades, con cenas de empresa y de amigos, celebraciones familiares y «mareas» de gente por la calles. Pero nuestro país entró el pasado viernes en niveles de riesgo alto por covid, con una incidencia de 305, con tres comunidades autónomas están en riesgo muy alto por superar los 500 casos por 100.000 habitantes.
Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad se ha pronunciado solo para dar dos indicaciones específicas: limitar el número de personas en los encuentros navideños y mantener las medidas de prevención. Somos el único país de Europa (incluyendo a Portugal, que nos supera en porcentaje de vacunación) que no ha aplicado restricciones pensando en el periodo más complicado de la pandemia: el que comprende desde el 15 de diciembre hasta finales de enero.
El inmovilismo se justifica en el argumento del alto porcentaje de vacunación. El inicio de la infantil esta semana será un nuevo avance en el que el Ejecutivo tiene puesta su confianza. Pero los expertos no piensan lo mismo. «El hecho de que estemos más vacunados que el resto de los países de Europa no nos hace inmunes, es una barbaridad pensar eso», señala Manuel Franco, profesor de la Universidad de Alcalá y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas). El brote de Málaga, con más de 80 positivos después de la celebración de una comida de Navidad de profesionales sanitarios del Hospital Universitario de la ciudad es una señal de alarma importante, que en opinión de Franco «debería hacernos pensar en lo que puede pasar en los próximos días si no aplicamos el sentido común y nos concienciamos de que esto no ha terminado». La vuelta atrás que han vivido un gran número de países europeos, con una incidencia absolutamente disparatada y teniendo que retomar las restricciones más estrictas, «es una situación a la que puede llegar España perfectamente post Navidad si no controlamos los aforos y tratamos de evitar o, al menos, reducir al mínimo las reuniones navideñas. Tienen que estar limitadas a un número máximo de 8-10 personas haciendo el encuentro al aire libre, o con la separación adecuada si se realiza en espacios interiores», añade. Por cierto, en Galicia, además de la alabada aplicación del certificado covid para acceder a locales de ocio y a cines o teatros, su Ejecutivo ha recomendado que las comidas y cenas no sobrepasen precisamente el límite de «ocho o diez personas», preferentemente de la misma «burbuja familiar».
Y ahora, Ómicron
Otro factor que tener en cuenta es la expansión de la nueva variante Ómicron, ya que todos los indicios apuntan directamente a que tiene un escape vacunal moderado por lo que, aunque puede que no derive en casos graves, si causaría un incremento de casos leves. «La recomendación es actuar con prudencia», señala el infectólogo del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona). «La variante Ómicron gana terreno a la Delta en Sudáfrica, con el 50% de la población adulta vacunada», y «genera un elevado número de reinfecciones en personas previamente vacunadas».
Quique Bassat, epidemiólogo de ISGlobal en Barcelona, considera que «no hemos aprendido nada de las olas anteriores, y se ve claramente en las aglomeraciones que han tenido lugar en muchas ciudades en el puente de la semana pasada. Nos hemos olvidado de lo prioritario de la prevención básica para combatir este terrible virus, que es, no juntarnos y no exponernos a la transmisión a partir del contacto con otras personas. No lo estamos haciendo bien ahora», remacha.