Las bajas laborales se multiplican por siete
La explosión de contagios que está sufriendo España en esta sexta ola de la pandemia de Covid-19 ha empezado a diezmar las plantillas de las empresas y de los dispositivos que prestan los servicios públicos esenciales. Desde que comenzó esta nueva embestida del virus, el 2 de noviembre, hasta la actualidad, el Ministerio de Sanidad ha contabilizado más de 1,76 millones de nuevas infecciones, más del 26% de las registradas durante toda esta crisis de salud pública que arrancó en marzo de 2020, y que ascienden ya a 6,78 millones.
En esta sexta ola hay dos fases diferenciales. Una primera en la que la variante Delta era la principal causante de los contagios, y que transcurrió desde principios de noviembre hasta finales de ese mismo mes. En la segunda etapa, la variante Ómicron, procedente de Suráfrica y mucho más transmisible que su antecesora, es la que ha estado detrás de los nuevos casos. Esta etapa abarca desde finales de noviembre hasta la actualidad. La estimación que están realizando las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales es que en diciembre, correspondiente a esta segunda fase, dichas bajas iniciadas se han multiplicado por más de siete con respecto a las contabilizadas en noviembre, y rondarían la cifra de 570.000. Se trataría, por tanto, de un aumento superior al 630% con relación al mes anterior, lo que ha desatado todas las alarmas en el mundo empresarial.
Además, se trata del segundo número más alto en toda la pandemia, sólo por detrás de las contabilizadas en enero de 2021, cuando se registraron 615.311 nuevas bajas laborales imputables a la Covid-19. En el resto de los meses transcurridos entre marzo de 2020 y enero de este año el número no fue nunca tan elevado.
Fuentes del sector aseguran que, además, las bajas vivas o en vigor, que son la diferencia entre las iniciadas y las concluidas, habrían alcanzado también en diciembre la cota más alta de toda la pandemia, situándose en alrededor de 342.000, unas 40.000 más que en los peores momentos de la crisis sanitaria de marzo de 2020.
El temor a la pérdida de efectivos para mantener la actividad económica y el disparado coste monetario de las prestaciones ha llevado precisamente a las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social a pedir al Gobierno que realice cambios administrativos para que los partes de baja y alta laboral por covid puedan emitirse simultáneamente, lo que evitaría el alargamiento de las bajas innecesarias y contribuiría a descongestionar los colapsados centros de atención primaria. El alargamiento innecesario de los procesos dispara los costes que soportan las empresas y la actividad económica en su conjunto, además de impactar sobre las cuentas públicas de la Seguridad Social.
El disparado incremento de las bajas en diciembre ya tuvo un pequeño anticipo en noviembre. En esa primera fase de la sexta ola los procesos abiertos de incapacidad temporal motivados por la Covid-19 se multiplicaron aproximadamente por 2,6 con respecto a octubre en el conjunto del país, según los datos en poder de las mutuas. En concreto, en noviembre se iniciaron 77.340 bajas laborales causadas por esta enfermedad, frente a las 29.054 de octubre y a las 44.034 de septiembre.
Los datos en poder de las mutuas revelan además que el coste en prestaciones económicas que abonan ellas mismas y la Seguridad Social como consecuencia de esas bajas causadas por la Covid-19 ascendió en noviembre a 53,7 millones de euros. En octubre la cifra era sólo de 37,2 millones de euros. En lo que va de pandemia, el gasto ocasionado por las prestaciones por incapacidad derivadas de la covid supera ya los 3.055 millones de euros. Esta cantidad es consecuencia de los 4,59 millones de bajas laborales (más de cinco millones, incluyendo diciembre) que ha provocado la enfermedad en todo este tiempo. A esa cifra habría que añadir cerca de 2.500 millones de euros de gasto directo para las empresas por cotizaciones, complementos y mejoras, y no se incluye en ella el valor de los bienes o servicios que han dejado de producirse.
Como era previsible a la vista de la explosión de contagios, la incidencia mensual de incapacidades temporales motivadas por la Covid por cada 1.000 trabajadores protegidos por las mutuas también se disparó en noviembre, alcanzando la cifra de 5,25, frente a la de 1,97 de octubre y a la de 2,99 de septiembre.
El problema de las bajas laborales empezó con semanas de antelación en países europeos como el Reino Unido, que se está quedando sin personal para prestar trabajos públicos esenciales, o en Estados Unidos, en donde algunas aerolíneas están triplicando el sueldo de los pilotos para poder realizar vuelos al dispararse las bajas laborales en este colectivo profesional. Las cifras sobre incapacidad temporal motivada por la covid muestran que, sorprendentemente, no fue marzo de 2020, en pleno estallido de la pandemia, el peor mes en lo que al número de bajas se refiere. En ese periodo se contabilizaron 381.317 procesos iniciados, para ir después cayendo la cifra a medida que se apagaba la primera ola.