El Salario Mínimo Interprofesional en España y su Tributación en el IRPF
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España ha sido objeto de constantes revisiones en los últimos años. En 2025, el Gobierno ha aprobado un incremento del 4,4%, situándolo en 1.184 euros brutos mensuales en 14 pagas, lo que equivale a 16.576 euros anuales.
El impacto del IRPF en el SMI
Una de las novedades más destacadas de esta subida es que, por primera vez, el SMI estará sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Hasta 2024, el umbral de ingresos exentos de tributación se situaba en 15.876 euros anuales, lo que implicaba que quienes percibían el SMI no estaban obligados a pagar IRPF. Sin embargo, con el nuevo incremento del SMI, 700 euros anuales quedarán por encima de ese límite y tributarán al 24%, correspondiente al segundo tramo del IRPF.
Afectación a los trabajadores
Esta medida impacta especialmente a trabajadores solteros sin hijos, que representan aproximadamente el 20% de los perceptores del SMI, es decir, cerca de 480.000 personas. En cambio, aquellos trabajadores con cargas familiares podrán beneficiarse de deducciones y reducciones fiscales que mitigarán el efecto de esta nueva tributación.
Reacciones y debate político
El anuncio de la tributación del SMI ha generado controversia tanto en el ámbito político como en el social. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha expresado su descontento con esta medida y ha abogado por elevar el umbral del mínimo exento de IRPF para evitar que los trabajadores con menores ingresos se vean afectados. Por su parte, el Gobierno defiende que la tributación del SMI es una medida equitativa y que los trabajadores con menores ingresos seguirán beneficiándose de un sistema fiscal progresivo.
Postura de la patronal
La patronal española ha manifestado su oposición a la subida del SMI y a su nueva tributación en el IRPF. Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball y vicepresidente de la CEOE, ha criticado la falta de consenso en la toma de decisiones y ha advertido sobre los efectos negativos que esta medida puede tener en la competitividad empresarial. Además, Carlos Marín, presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (FECIR), ha afirmado que el principal beneficiado será el Gobierno, que recaudara más dinero a través del IRPF, en detrimento de pequeñas empresas y autónomos.
Postura de los sindicatos
Los sindicatos han respaldado la subida del SMI y han firmado un acuerdo con el Gobierno para su incremento en 2025. Sin embargo, han mostrado su preocupación por la decisión del Ministerio de Hacienda de no ajustar el umbral del IRPF, lo que implica que, por primera vez, los perceptores del SMI estarán sujetos a tributación.
Esta medida afectará principalmente a trabajadores solteros sin hijos, lo que, según los sindicatos, puede reducir el impacto positivo de la subida en el poder adquisitivo de los trabajadores con menores ingresos. Por ello, han instado al Gobierno a reconsiderar la medida y a elevar el umbral del mínimo exento del IRPF para evitar que los trabajadores con salarios más bajos se vean perjudicados.
Además, los sindicatos han propuesto establecer una mesa de diálogo social en los próximos meses para abordar la normativa y estructura del SMI, con el objetivo de modificar la absorción y compensación y fijar por ley el criterio para que el SMI sea, como mínimo, equivalente al 60% del salario medio.
Comparación con otros países de la UE
Según datos de Eurostat, en 2023, la tributación de las rentas bajas en España era una de las más reducidas de la Unión Europea, con un tipo impositivo medio del 6,7%, mientras que la media comunitaria se situaba en el 19%. Este dato es utilizado por el Ejecutivo para argumentar que la nueva medida sigue manteniendo a España entre los países con menor presión fiscal para las rentas bajas.
En resumidas cuentas
El aumento del SMI en 2025 representa un avance en la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores con menores ingresos. No obstante, la decisión de no ajustar el umbral del mínimo exento del IRPF implica que, por primera vez, parte de estos ingresos estarán sujetos a tributación. Esto ha generado un intenso debate sobre la equidad fiscal y el impacto real en los trabajadores con salarios más bajos. En los próximos meses, se espera que el Gobierno y los agentes sociales continúen discutiendo posibles ajustes para equilibrar la carga tributaria y garantizar la justicia fiscal.