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La empresa promotora del nuevo centro comercial de Camargo, Citygrove, mantiene su apuesta a pesar del estado de alarma: Bahía Real estará abierto a finales de 2020, en pleno inicio de la campaña de Navidad, tal y como se propuso la firma británica en noviembre del año pasado. Las obras del complejo, a las afueras de Maliaño, se han reanudado «a buen ritmo» tras la parada de la actividad no esencial durante casi dos semanas, una parálisis que en el caso del complejo se ha traducido sólo en ocho días de demora -por el convenio de los trabajadores-, un tiempo «recuperable», según ha comunicado la compañía.

Para hacerse una idea del mensaje que traslada Citygrove, el cumplimiento de plazos depende básicamente de las demoras que -a causa de esta situación sobrevenida- puedan sufrir las subcontratas, aquellas empresas encargadas de las fachadas, los vidrios y todos los detalles ajenos a la constructora. Hoy por hoy, y a juzgar por las conversaciones que mantiene con todas ellas, la firma no encuentra motivos para alterar su hoja de ruta: «Estamos pendientes y en contacto por si hubiera retrasos, pero de momento mantenemos fechas».

Dependerá mucho el cómo y el cuándo. No es lo mismo, por ejemplo, que, a falta de un mes, algunas de estas operaciones externalizadas se dilate cuatro meses que una semana. «Esperaríamos o adoptaríamos otra solución para llegar a tiempo», se sitúan en la promotora.

Las llamadas y los correos electrónicos son igual de constantes entre la compañía británica y los negocios que ocuparán el complejo una vez terminen las labores de construcción, hoy en fase de estructura. Los futuros inquilinos de Bahía Real son tiendas de ropa, deporte, restauración… Un total de veinte locales comerciales y de ocio, sin contar otras nueve salas de cine «de última generación», locales destinados al ocio familiar y salas de juego en línea. En números: un solar de 20.000 metros cuadrados, 400 empleos directos y otros 500 indirectos, según promete Citygrove, que junto a otro fondo, Burlington, ha invertido 50 millones de euros en el nuevo gigante.

Medidas contra el Covid-19
Los plazos no han cambiado, pero sí las medidas de seguridad. La expansión del Covid-19 ha obligado a añadir nuevos preceptos a la normativa de los operarios que trabajan sobre el terreno.

Un coordinador de seguridad y salud se encarga ‘in situ’ de que se cumplan, desde el uso de mascarillas o de termómetros que no requieren de contacto físico hasta todo lo que tenga que ver con aumentar la distancia y, con ello, reducir al mínimo el riesgo de contagio.