El Canal de Navarra creará 3.160 empleos
Las obras de la segunda fase del Canal de Navarra generarán durante los próximos años 3.160 puestos de trabajo a tiempo completo y 217 millones de euros de Valor Añadido Bruto (VAB), según las estimaciones que maneja el departamento de Cohesión Territorial.
El consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza, ha dado a conocer hoy estas cifras de impacto económico en sede parlamentaria, donde ha comparecido a petición propia para explicar el proyecto de la segunda fase del Canal, que permitirá garantizar las necesidades de agua para consumo humano, de riego e industrial de la Ribera, avanzar en el desarrollo económico de la zona, así como mitigar los efectos del cambio climático.
Bernardo Ciriza ha remarcado en su intervención “la existencia de un efecto multiplicador de la inversión en una infraestructura como el Canal de Navarra sobre el resto de la economía”. “Por cada millón de euros invertidos en infraestructuras, -ha señalado-, se generan 14,4 puestos de trabajo. Además, por cada euro generado de VAB directo se crean 2,03 euros en efectos indirectos e inducidos”.
En lo que respecta al empleo, las obras de la segunda fase permitirán crear 3.160 puestos de trabajo a tiempo completo, de los que en torno a 2.668 se producirían en Navarra, es decir, el 84% del total. En relación al VAB (Valor Añadido Bruto), cabe destacar que se generarán 217 millones de euros, de los que el 86% se produciría dentro de Navarra, el equivalente a 187,5 millones de euros.
El impacto total de la inversión en la Comunidad Foral equivale al 1,1% del PIB de Navarra en 2018, mientras que los empleos generados suponen el 1% del total de ocupados a tiempo completo.
La 2ª fase del Canal, un proyecto estratégico para Navarra
La 2ª fase del Canal de Navarra conlleva la construcción de una infraestructura de transporte de unos 70 kilómetros de longitud, que permitirá el abastecimiento de agua de boca de calidad a más de 70.000 habitantes de la Ribera. A este respecto, cabe recordar que, con cierta frecuencia, se detectan deficiencias en la aptitud del agua suministrada para consumo humano en la Ribera y que la misma viene derivada de la mala calidad del agua de las fuentes de suministro provenientes del Ebro-Canal de Lodosa, canal Imperial y aguas de pozo, según los estudios elaborados por las empresas INTIA S.A. y NILSA (2016). Asimismo, este proyecto de la 2ª fase posibilitará la puesta en riego de hasta 21.522 hectáreas.
Se trata, además, de un proyecto estratégico, tal y como se recoge en las bases del Plan Reactivar Navarra – Nafarroa Suspertu 2020-2023 así como en la Estrategia de Especialización Inteligente de la Ribera, para poder avanzar en el desarrollo territorial sostenible de la comunidad, en el desarrollo económico de la Ribera así como para mitigar los posibles efectos del cambio climático (aumentos de temperatura, fenómenos meteorológicos extremos como sequías o inundaciones, mayores demandas hídricas, etc.).
En relación a este último aspecto, cabe considerar las situaciones de riesgo que predicen los modelos climáticos. Se han estudiado para la zona de la 2ª fase del Canal de Navarra cuatro proyecciones regionalizadas en dos escenarios temporales a medio y largo plazo (2020-2060 y 2061-2100). Según el escenario más favorable, se espera que las precipitaciones desciendan un 3.6% para 2060 y un 5,8% para 2100; si se considera el escenario más desfavorable, el descenso sería de hasta un 5% para 2060 y de un 10% para 2100.