Controversia por las aplicaciones de rastreo para controlar el COVID-19
La UE ha pedido que se armonicen las aplicaciones, pero hay controversia entre cómo aprovechar el potencial de la tecnología y el riesgo que implica para la seguridad de los ciudadanos. En Francia, el debate ha llegado al Parlamento, donde se discute sobre la aplicación ‘StopCovid’ fomentada por el Gobierno de Macron. Pero la agencia encargada de desarrollarla asegura que tardará algún tiempo en crear un prototipo.
La privacidad de los ciudadanos supone una gran preocupación. Y el escepticismo es grande. «Lo que está en juego es el concepto que tenemos de libertad y el interés por el uso que hacemos de la tecnología. Hay que ser cauteloso en base a los precedentes. No hay que fiarse de la jurisprudencia que podríamos establecer ahora, en un marco, ciertamente, muy particular pero que, tal vez, podría extenderse más tarde a otro tipo de asuntos», afirma el diputado francés, Philippe Gosselin. Los diseñadores de aplicaciones admiten que incluso con los medios tecnológicos más avanzados, no hay que olvidarse de respetar las medidas básicas establecidas por el Gobierno para tener al coronavirus bajo control.
Europa está inmersa en una carrera contra el tiempo para tratar de controlar la propagación del coronavirus. Una lucha en la que la tecnología es crucial. Los Gobiernos abogan por crear aplicaciones informáticas destinadas a los teléfonos móviles con las que acotar el espacio a los contagios. «El rastreo de los contactos de quienes dan positivo y el aislamiento de quienes presentan síntomas serán muy importantes en la manera adoptada para romper la cadena de transmisión», declara Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia.
En estos momentos, se desarrollan más de una docena de aplicaciones en el Viejo Continente. Cada una tiene un diseño diferente, pero todas trazan el mismo camino. Por medio de la teconología inalámbrica se rastrean los dispositivos con los que establecemos contacto durante un cierto espacio de tiempo. Así, se genera una identificación numérica anónima que queda grabada. Si alguien da positivo, tiempo después, su identificación de usuario queda marcada con una banderita roja. A cualquiera que se haya cruzado recientemente con esta persona, se le indica que debe aislarse.
A diferencia de las aplicaciones en China, no se registran los datos de geolocalización. «Sólo funciona en tu teléfono y en el otro teléfono con el que contactas. Registras números aleatorios que puedes usar más tarde para hacer la notificación pero sin establecer un vínculo con ese dispositivo ni con la persona. Ni tampoco con sus cuentas en las redes sociales o cosas de ese tipo», afirma Jon Crowcroft, desarrollador de aplicaciones y fundador de FluPhone. «Las aplicaciones de rastreo de contactos son muy valiosas.
Los expertos consideran improbables los contagios por cruzarse con alguien en la calle. Pero unos minutos en el metro, una comida en un restaurante concurrido e incluso una breve espera en una parada de autobús podrían bastar para contagiarse «, señala el periodista de Euronews, Ryan Thompson. «El sistema de rastreo que está desarrollándose, es más rápido y eficiente que el tradicional. Puede abarcar información a gran escala. Ningún país cuenta con una base de registro manual de contactos precisa para rastrear los contagios actuales de coronavirus», declara Lucie Abeler-Dörner, directora del programa para la tercera edad en el Departamento de Medicina Nuffield de la Universidad de Oxford.