¿Adiós a los albañiles?
Esta es la última innovación: un robot capaz de construir casas en tres días.
Se trata de Hadrian X, un brazo robótico creado por la compañía australiana Fast Brick Robotics y dotado de una precisión milimétrica y un ritmo de trabajo inigualable: 228 ladrillos por hora. De hecho, también es capaz de crear un espacio comercial pequeño en una semana, tal y como sucedió el pasado 8 de septiembre, cuando la máquina estableció este nuevo y asombroso récord de velocidad de construcción que, sin duda, pone en jaque a la clase obrera y supone una amenaza más para el empleo en el sector. Y es una batalla en la que los humanos tenemos todas las de perder: la IA es más rápida y eficiente, y no se queja por sus derechos laborales (por ahora).
El panorama es tan sombrío que en los próximos 20 años el 47% de los puestos de trabajo en EEUU estarán ocupados por robots, lo que siembra de dudas sobre el futuro del trabajo, especialmente para aquellos a quienes afecte más temprano esta automatización de la producción. Es más, según un informe publicado el año pasado por la OCDE, uno de cada 10 españoles está en situación de «alto riesgo» de perder su empleo por culpa de la automatización en los próximos años. Y la creación de un robot capaz de construir casas en tres días supone una amenaza más para el sector de la construcción.
Capaz de construir casi cualquier cosa
En desarrollo desde 2005, el Hadrian X vio la luz hace un par de años y, desde entonces, sus creadores han trabajado para mejorar su precisión y su velocidad de construcción. Primero, trabajó en proyectos para crear casas económicas en lugares como México; una experiencia que le sirvió a Fast Brick Robotics para poner a prueba la fase beta de su robot. Ese mismo 2018 logró construir una casa de tres dormitorios y dos baños en tres días. Sin embargo, el mayor escollo hasta ese momento era que su trabajo se limitaba a utilizar mapas en 3D para colocar ladrillos unos encima de los otros. Y, por tanto, requería de una supervisión humana para cortar los bloques de arcilla y para unirlos entre sí.
Aquello cambió en 2019, cuando Hadrian X se convirtió en un robot prácticamente autónomo, después de que la compañía lograse captar 17 millones de dólares en inversiones. Gracias a las mejoras implementadas, la máquina ya era capaz de cortar los ladrillos por sí misma y de ensamblarlos con cemento. En aquel momento, autoridades y empresas de la construcción australianas empezaron a interesarse por el proyecto, que pasó a convertirse en una de las startups con mayor proyección del mundo. Ante la altísima demanda, Fast Brick Robotics creó una segunda unidad de Hadrian X.
Y en esas llegó la crisis del coronavirus. La compañía paralizó los planes para este año (aunque logró captar otros 16 millones de euros) y solo en los últimos dos meses ha retomado su actividad. El plan de Fast Brick Robotics para el próximo año es mejorar el ritmo de trabajo del Hadrian X a 240 ladrillos por hora, llevar el negocio a Europa y EEUU, así como empezar construcciones más voluminosas y complejas, operando con bloques de todo tipo de materiales (como piedra) y tamaños. No en vano, hasta la fecha ha demostrado ser capaz de construir prácticamente cualquier cosa.